Yoga es mucho más que posturas
Pese a la inmensa difusión que se hace del yoga, la información que tenemos sobre esta disciplina suele ser incompleta porque no todos los aspectos que la componen resultan tan visualmente llamativos como las asanas o posturas. Las meditaciones o los pranayamas, respiraciones controladas, también forman parte del yoga, y quizás son incluso más importantes que el propio trabajo físico.
Pero vayamos a lo que podemos hacer nosotros, aquí y ahora, para llevar una vida más yogui sin pisar un mat. Piensa que el yoga busca, en teoría, el entrenamiento de cuerpo y mente, y su purificación, para el encuentro con Dios, y en ese camino se adoptan muchas rutinas y costumbres a favor de ese entrenamiento.
Si desgranamos entonces las características de la vida yóguica, podemos extraer una serie de tips fáciles de adoptar y que tienen el poder de mejorar sustancialmente nuestra calidad de vida.
1. Ejercicio moderado o adecuado a tu situación. Uno de los principios básicos del yoga es la no violencia, lo cual implica, no sólo hacer el bien hacia los demás y evitar conflictos, sino también no ejercer violencia contra nosotros mismos.
Si trasladamos este principio a nuestra necesidad de hacer ejercicio, nos encontramos con que, si no estamos acostumbrados a ello, debemos buscar una actividad que no suponga un esfuerzo excesivo, físico o mental, y que respete tu condición física y tu energía diaria. En yoga se propone la práctica de asanas porque se ejercita el cuerpo protegiéndolo, a su vez y entre otras cosas, de daños en las articulaciones o desgarros musculares.
2. Alimentación más sana. Creo que no hay disciplina que no aconseje una alimentación saludable, pero en yoga resulta fundamental. El yoga y la ayurveda entienden que la alimentación es nuestra medicina preventiva y como tal debemos cuidarla, también consideran que la salud mental y la estabilidad emocional nos previene de muchas enfermedades.
Una forma sencilla de comer más sano sin darnos cuenta es evitar alimentos procesados, de bolsa o embutidos, por ejemplo, y comer más verduras y frutas. Del mismo modo, puedes intentar beber más agua a base de infusiones o sopas, evitando cualquier bebida azucarada o gaseosa.
Como ves, no se trata de ponernos a dieta o prohibirnos alimentos, se trata de intentar evitar alimentos perjudiciales e intentar aumentar la ingesta de aquellos que son saludables.
4. Descanso adecuado. Y salgámonos aquí de las ocho horas de rigor que leemos en todas partes, todos sabemos que no siempre pueden dormirse ocho horas, así que pensemos en mejorar la calidad del sueño y no la cantidad.
Intenta tener una vida regular en lo que al sueño se refiere, esto te ayudará a acostumbrarte al número de horas que puedes dormir. También puedes seguir consejos como: nada de pantallas la hora previa a dormir, luces tenues en tu casa y aparatos con WiFi, u otro tipo de conexiones inalámbricas, lo más lejos posible de ti.
Si logras vivir, con los tips que vienen a continuación, con menos estrés y mayor paz, quizás comiences a ver cambios en tu necesidad de dormir más horas. Con alguna meditación corta durante el día y sin necesidad de siestas, podemos llegar a dormir seis horas y que éstas sean plenamente reparadoras.
5. Manejo del estrés y las emociones. Nadie mejor que tú sabe si manejas bien tu día a día, tus emociones y tus relaciones con los demás, así que echa un vistazo a tu interior y haz un breve análisis. El yoga busca, o más bien encuentra, una serenidad plena en nuestro día a día y esto permite emitir juicios más justos, hablar con gentileza y vivir con pleno respeto a los demás. Esto, si todos lo llevásemos a cabo, haría de la raza humana una comunidad más feliz.
Para el manejo de estrés y emociones puedes acudir a terapia psicológica, comenzar un proceso de coaching o practicar yoga y meditación. Además, si ya tienes algo de conocimiento de inteligencia emocional o ya has probado a gestionarte con anterioridad, siempre puedes ponerte manos a la obra con un buen libro de autoayuda.
6. Meditaciones. Dependiendo de lo que quieras conseguir puedes hacer un tipo de meditación u otra, pues aunque en esencia tienen un mismo objetivo, “aclarar la mente”, dependiendo del tipo de meditación que hagas puedes estar trabajando más la atención, o más las emociones, por ejemplo.
La que te propongo en esta ocasión es una breve meditación de 10 minutos atendiendo a tu respiración. Puedes hacerlo en cualquier lugar y a cualquier momento del día, y se trata de aquietar la mente con el fin de “restaurarla”. Piensa en tu mente como un ordenador que después de toda una mañana comienza a funcionar con más lentitud o da problemas, una meditación breve correctamente ejecutada podría asimilarse a un reinicio del sistema.
No obstante lo dicho, te aconsejo echar un ojo a estos dos artículos sobre la meditación u otras formas de “desconectar”.